GOBIERNO ENTRANDO A BOXES...
Alejandro Borensztein.
01/05/2016
Como todo el mundo sabe, un buen juez siempre debe avisar con suficiente anticipación la fecha en la que tiene previsto allanar la casa de un sospechoso, de modo que el pobre tipo tenga tiempo de encargar medialunas, masitas, sandwichería fina y así poder recibir a la autoridad como corresponde y no quedar como alguien que, además de corrupto, es un pésimo anfitrión.
La gente debería entender esto antes de seguir insistiendo con que el Juez Casanello es un trucho que anticipa lo que va a hacer para que destruyan los papeles, escondan el canuto y cuando él llegue no encuentren ni las almohadillas para mojar el dedo.
Dicho esto, mientras Casanello sigue buscando pruebas y petróleo en la Patagonia en lugar de allanar el Ministerio de Planificación y terminar con el problema, sería bueno que el pueblo argentino empiece a prestarle un poco más de atención al nuevo gobierno y dejar que el viejo gobierno descanse en paz.
Por lo tanto la nueva pregunta del millón sería: ¿Qué debe hacer un gobierno flamante y bonito como el que acaba de llegar para no terminar siendo un gobierno pedorro y destartalado como el que se acaba de ir?
En principio, con los gobiernos hay que hacer lo mismo que se hace con un auto 0 km: mandarlo al service. Esto es muy importante porque si no se hacen los service correspondientes se pierde la garantía.
Todo gobierno nacional de buena marca tiene garantía por dos años o hasta alcanzar el 35% de inflación anual, lo que ocurra primero. Este modelo Macri 2015 (patentado 2016) arrancó un poquito jugado con la segunda condición, pero todavía sigue en garantía.
Eso significa que mientras esté bajo garantía, todos los males podrán ser atribuidos a los genios que estaban antes. Pero una vez vencida, ya no se le podrá echar la culpa a nadie.
Cuando en el año 2014 el kirchnerismo superó el 35% de inflación, ya hacía rato que había vencido la garantía, por eso fueron inútiles los intentos por seguir echándole la culpa a la crisis de 2001. El zafarrancho de Moreno y Kicillof fue todo mérito propio.
Si al kirchnerismo le hubieran hecho los service tal vez las cosas hubieran sido distintas. Por ejemplo, si en su momento le hubieran revisado los pistones a Julio De Vido, nos hubiéramos ahorrado a Báez, a Schoklender, al curro de la importación de gas, al déficit energético, etc., etc. Pero se ve que ese motor estaba muy bien aceitado y pasó todos los controles.
Distinto es el caso de la estafa con los subsidios en el transporte que no se hubiera evitado sacando a De Vido. Ahí la bomba de aceite era de Ricardo Jaime y el lubricante iba directamente a Kirchner, sin pasar por el filtro de De Vido. No quiero entrar en detalles mecánicos porque cada gobierno tiene un motor diferente.
Ahora lo importante es el gobierno nuevo. Por eso es fundamental el primer service, para ajustar aquellas cosas que pudieran haberse aflojado.
En principio digamos que el gobierno, como todo 0 Km, anda razonablemente bien. Según todas las encuestas, hay más de un 60% de argentinos que apoyan a este nuevo auto o al menos creen que es un poco mejor que la furgoneta sin papeles y motor con numeración limada en la que anduvimos durante doce años.
Te queda un 30% convencido de que esto es una dictadura que derrocó a un gobierno para la liberación que había logrado erradicar la pobreza y redistribuir la riqueza (sobre todo entre los bancos, las mineras, las telefónicas, Spolsky, Cristóbal y otros sectores populares). Por lo tanto debe ser combatido hasta la victoria. Rapidito. Si es posible, antes de que Bonadio los encane a todos.
Volviendo al punto, es sabido que el service no se hace para andar felicitando a los autos y mucho menos a los gobiernos. Veamos el informe del concesionario oficial: Correas de distribución y transmisión: a veces en ruta, el Presidente trasmite una orden y el gabinete entiende cualquier otra cosa. Suele pasar. Están en ablande. Hubo que hacer un ajuste general. También se ajustaron las correas.
Frenos: destruidos. Cuando intentaron nombrar por decreto a dos miembros para la Corte clavaron los frenos, falló el ABS y quemaron todo. Pastillas, discos, cubetas, campanas, mordazas, hasta el pedal hubo que tirar a la basura. Se puso todo nuevo.
Amortiguadores: muy duros y desparejos. Demasiado sinceramiento. El tren trasero popular carga con todo el esfuerzo. El tren delantero pudiente va demasiado livianito. Se recomienda equilibrar las cargas. Una cosa es ayudar a las empresas y otra muy distinta es ayudar a los dueños y ejecutivos de las empresas. Si cuando el obrero llega a su casa se encuentra con aumentos, entonces cuando el CEO, el director o el gerente llegan a su casa, también hay que comerles la billetera y romperles la cazoleta. Así el esfuerzo será parejo, patriótico y los amortiguadores trabajarán mejor. Si no, en el primer bache va a volar todo a la mierda. Yo aviso (dice el mecánico).
Carrocería y Pintura: pequeños rayones, pero nada significativo. Veremos más adelante, cuando la CGT se enoje en serio.
Alineación y Balanceo: se mandó el auto a la gomería “Lilita”. Se vulcanizó parche en neumático delantero porque tenía clavado un Angelici.
Luces: se cambió lamparita de iluminación de cabina interior. Estaba quemada. Por eso no había luz y no se pudo ver el contrato de Chevron.
Sistema de comunicación (bluetooth, audio, am/fm): Se dice que comunican mal. En realidad lo hacen de una manera distinta a lo que está acostumbrado el Círculo Rojo. Este modelo viene con la consigna de perfil bajo y hablar sólo con los hechos. Es un poco arriesgado, pero cuando lo aplicaron al fútbol les salió bien. Nunca se olviden que estamos hablando de un presidente que cuando asumió en Boca lo primero que hizo fue demoler una parte de la Bombonera. ¡¡¡Estábamos frente a un demente!!! Sin embargo el tiempo le dio la razón. Veremos. Los parlantes funcionan bien. Si no los usan, no es problema del fabricante.
Airbags: saltaron cuando se chocó con los Panamá Papers. Hubo que reponerlos, pero al menos se salvaron los que iban adentro. Por ahora.
Evaluación final: Arranque razonable. Comparado con el resto de los gobiernos occidentales se puede decir que estamos en la media.
Comparado con lo que tuvimos durante los últimos doce años, es un milagro. Casi como el milagro de que Casanello todavía no encuentre ninguna relación entre las 200 estancias de Lázaro Báez y los Kirchner...
@nib@l 2016
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