El sobreviviente que volvió a verle la cara a Milani
El sobreviviente que volvió a verle la cara a Milani
Nacido el 22 de julio de 1956, Oscar Plutarco Schaller tenía entonces 19 años. Hijo de Plutarco “Chacho” Schaller (foto arriba) -fotógrafo y periodista que fue parte activa del diario riojano El Independiente junto a su fundador Alipio Paoletti-, hoy tiene 58 años, es técnico electromecánico y todavía recuerda. Su padre pasó 8 años preso en las cárceles de la dictadura y figuró durante 13 meses como detenido-desaparecido.
Schaller hijo había militado en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), había participado en luchas campesinas y mineras en su provincia y había colaborado con la Iglesia riojana porque –según evoca- estaba identificada con las causas justas.
El miércoles último, Schaller brindó su testimonio ante la Unidad Fiscal de San Martín acompañado por Carlos Platkowski y Matías Aufieri, los abogados del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, que preside la Myriam Bregman. Lo hizo a pedido del fiscal federal de La Rioja Horacio Salman y como forma de ratificar y ampliar lo que había declarado en 2014 ante la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad.
Schaller afirmó que su padre ya había sido secuestrado –el mismo 24 de marzo de 1976- cuando lo vinieron a buscar a él, a su casa de la calle España 169, en La Rioja capital, donde vivía con su madre Angélica Soria y sus cuatro hermanos. Lo trasladaron al Batallón de Ingenieros de Construcciones 141 de La Rioja y estuvo 30 días detenido de forma ilegal, durmiendo en el piso de cemento de un pequeño calabozo en el que no se podía acostar.
Schaller hijo había militado en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), había participado en luchas campesinas y mineras en su provincia y había colaborado con la Iglesia riojana porque –según evoca- estaba identificada con las causas justas.
El miércoles último, Schaller brindó su testimonio ante la Unidad Fiscal de San Martín acompañado por Carlos Platkowski y Matías Aufieri, los abogados del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, que preside la Myriam Bregman. Lo hizo a pedido del fiscal federal de La Rioja Horacio Salman y como forma de ratificar y ampliar lo que había declarado en 2014 ante la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad.
Schaller afirmó que su padre ya había sido secuestrado –el mismo 24 de marzo de 1976- cuando lo vinieron a buscar a él, a su casa de la calle España 169, en La Rioja capital, donde vivía con su madre Angélica Soria y sus cuatro hermanos. Lo trasladaron al Batallón de Ingenieros de Construcciones 141 de La Rioja y estuvo 30 días detenido de forma ilegal, durmiendo en el piso de cemento de un pequeño calabozo en el que no se podía acostar.
Del período que pasó detenido, el sobreviviente recordó siempre tres nombres. A “Vizcacha” Romero, un suboficial del Ejército que había sido compañero suyo en la Escuela de Educación Técnica Número 2 y, que años más tarde, participó del allanamiento en su casa: no dudó en humillar a su propia hermana que tenía entonces 18 años.
Schaller también se acuerda bien del apellido del represor que se encargaba de torturarlo, Marcót.
Y conserva todavía en la memoria otro apellido, Milani, del que nunca pudo olvidar su rostro.
Ante la Justicia de San Martín, afirmó que después de que lo torturaran y poco antes de que lo liberaran, un teniente se acercó a él y le preguntó si lo habían tratado bien y si le habían hecho algo durante los días de su cautiverio. Enseguida, le anunció que en pocos minutos se iría a su casa. Era Milani, el que se movía como si tuviera a su cargo las decisiones y los movimientos dentro del Batallón. Durante décadas no supo nada más de él hasta que volvió a verle la cara, 37 años después, algo cambiado por el paso del tiempo. Fue el día en que se enteró que Cristina Fernández de Kirchner había decidido nombrarlo jefe del Ejército argentino.
“En manos de la Justicia”
El testimonio de Schaller se suma al de Marcela Brizuela de Ledo y Graciela Ledo, la madre y la hermana del soldado riojano desaparecido en 1976, una causa que está frenada por el juez federal de Tucumán Daniel Bejas, ex apoderado del PJ tucumano que preside el gobernador José Alperovich. La ex cuñada de Milani, Clara Waite, declaró en otra causa que se tramita en Córdoba en el juzgado de Alberto Lozada. En ese expediente la mujer relató que su padre había referido un “problema complicado” de Milani con un conscripto tucumano.
Schaller también se acuerda bien del apellido del represor que se encargaba de torturarlo, Marcót.
Y conserva todavía en la memoria otro apellido, Milani, del que nunca pudo olvidar su rostro.
Ante la Justicia de San Martín, afirmó que después de que lo torturaran y poco antes de que lo liberaran, un teniente se acercó a él y le preguntó si lo habían tratado bien y si le habían hecho algo durante los días de su cautiverio. Enseguida, le anunció que en pocos minutos se iría a su casa. Era Milani, el que se movía como si tuviera a su cargo las decisiones y los movimientos dentro del Batallón. Durante décadas no supo nada más de él hasta que volvió a verle la cara, 37 años después, algo cambiado por el paso del tiempo. Fue el día en que se enteró que Cristina Fernández de Kirchner había decidido nombrarlo jefe del Ejército argentino.
“En manos de la Justicia”
El testimonio de Schaller se suma al de Marcela Brizuela de Ledo y Graciela Ledo, la madre y la hermana del soldado riojano desaparecido en 1976, una causa que está frenada por el juez federal de Tucumán Daniel Bejas, ex apoderado del PJ tucumano que preside el gobernador José Alperovich. La ex cuñada de Milani, Clara Waite, declaró en otra causa que se tramita en Córdoba en el juzgado de Alberto Lozada. En ese expediente la mujer relató que su padre había referido un “problema complicado” de Milani con un conscripto tucumano.
“Parece que ha matado a un soldado en Tucumán”, le habría planteado en alusión a Ledo. El ex soldado Alvaro Illanes dijo que Milani hacía interrogatorios ilegales, el ex preso politico Ramón Olivera afirmó que lo sacó de su detención ilegal para llevarlo a la Justicia y el ex conscripto Dario Illanes aseguró que el actual jefe del Ejército usaba como asistente al soldado Ledo.
El "abuelo asesino" de Plaza de Mayo
@nib@l 2015
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