Picardía, fraude y alternancia política
Las elecciones que sucedieron en Tucumán, mostraron una de las caras más tristes de la democracia. Este domingo quedó demostrado que las prácticas mafiosas, que realizan algunos grupos de poder, siguen presente y no están dispuestas a irse. Urnas quemadas, un camarógrafo golpeado por grabar cuando se repartían bolsones, gendarmes heridos, tiroteos, corridas, aprietes, autos llevando votantes, dádivas de $600, urnas con votos antes de que empiecen los comicios fue el resultado que dejó una elección que lleno de dudas la transparencia del proceso eleccionario.
Uno de hechos más grave que ocurrió fue cuando el Gobierno nacional y provincial quisieron ocultar todas estas irregularidades, minimizándolas. Nunca pasaron o fueron hechos aislados. Pero los mismos tucumanos fueron los encargados de exigir transparencia, algo que hoy por hoy el gobierno no pudo garantizar. Miles de ciudadanos decidieron salir a la calle a manifestarse al unisono en pedido de transparencia.
Además del pueblo tucumano, Twitter también fue clave en estás elecciones. #FraudeEnTucuman, el hashtag que los tucumanos eligieron para denunciar las irregularidades que iban aconteciendo durante las elecciones, se convirtió en trending topic a nivel mundial y rápidamente se convirtió en tendencia a nivel nacional el domingo. En ese lapso se enviaron 107.730 tuits con esa etiqueta.
Vivimos en un país, donde el olor a fraude se respira en cada elección. Un país donde la impugnación y el recuento de mesas por la sospecha de trampa es constante, y se pide como un café en un bar ubicado en plena avenida Corrientes. A cada rato. Vivimos en un país, donde lamentablemente no aprendimos a defender la democracia. La seguimos golpeando, ensuciando y bastardeando.
Que el gobernador de la provincia más importante del país, que al mismo tiempo es candidato y con muchas chances de ser presidente de la Nación, mientras transcurrían los peores hechos de violencia, diga: “Los primeros resultados son alentadores para nuestro espacio”, me produce temor. Que Daniel Scioli, quizás el político más importante de Argentina después de la presidenta, oculte esas irregularidades en vez de condenarlas, me da temor.
Los argentinos nos acostumbramos a recibir y no a exigir. No exigimos justicia cuando volaron la Amia, no exigimos justicia cuando lo mataron a Nisman. Tampoco exigimos justicia cuando se murieron chicos desnutridos en Chaco, Formosa o Salta y los ocultaron.
La contaminación de ese virus, infectó de los peores rasgos a los argentinos y sigue expandiéndose. Virus que debería ser ajeno a este pueblo, sin embargo no lo es. Ese virus que nos lleva a elegir el mal menor y no en el bien colectivo. Si nuestro culo está sano, no me importa el de mi compañero. Que él vea como cuidárselo.
La alternancia de los goberantes en Argentina, hoy no es una opción. Esta picardía política que apareció desde el retorno a la democracia y que se enquistó en la vida electoral, solo colabora a que los gobiernos sean más corruptos, más déspotas y más tiránicos. La alternancia en un país como el nuestro debería ser ley, por el bien de nosotros como una sociedad democrática. La alternancia produce transparencia, les quita el poder a los políticos y se los devuelve al pueblo. Es hora de recuperar el poder. Es hora de que vuelva al pueblo.
No me extraña que en la provincia que es candidato Manzur se quemen urnas, si él escondió muertes por desnutrición #TucumanElige
#FraudeEnTucuman Jorge Ahualli de CCC filmaba la sede de #CachoCano cuando lo vieron. Y dos tipos lo persiguieron
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