Joyero que denunció a la presidenta argentina pidió asilo en Estados Unidos
La vida de Sergio Hovaghimian dio un giro que, asegura, nunca antes hubiera imaginado. Durante varias décadas fue amigo y mano derecha del propietario de una de las joyerías más importantes de Argentina, Jean Pierre.
Una diferencia irreconciliable causó una pelea con quien fuera su empleador y el comienzo de un litigio judicial en el que este inmigrante italiano, que vivió más de la mitad de su vida en Buenos Aires, reclamaba lo que a su entender era justo como indemnización.
Como la causa no avanzaba en la manera que él creía necesario, se jugó una de las cartas más valiosas que –entiende- tenía en su poder: información privilegiada sobre clientes poderosos de esta principal importadora de joyas y perlas del país sudamericano.
Hovaghimian no sabía que iba a destapar una serie de investigaciones judiciales y políticas que le obligarían a tomar una decisión drástica: abandonar de improviso el país donde tenía casa, amigos y planes de envejecer.
Cuando su reclamo por una indemnización no avanzaba, este exvendedor de joyas brindó una entrevista a la principal revista política argentina, “Noticias”, revelando que una de las clientas asiduas de la casa de joyas donde laboraba era nada más y nada menos que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Estimó que compraba alrededor de $1 millón de dólares al año en joyas sin pagar los impuestos correspondientes, “en negro” como se dice en la jerga comercial argentina, ya que el propietario de Jean Pierre no emitía factura alguna.
Sergio Hovaghimian junto a sus abogados.
Pero como si esa información no fuera ya una bomba lo suficientemente fuerte y expansiva, Hovaghimian agregó un dato adicional: las joyas que Fernández de Kirchner lucía frecuentemente en actos públicos y reuniones internacionales con los principales líderes mundiales, habían ingresado al país de contrabando, sorteando los cada vez más férreos controles aduaneros.
“Solamente viendo las fotos que están en la revista, y muchas mas, que las joyas que usaba todos los días valen alrededor de $100 mil dólares los anillos, aros, las perlas andan entre $80 y $100 mil dólares, son compradas en Estados Unidos, en Nueva York, y llegan milagrosamente a la República Argentina sin pasar por aduana por supuesto”, contó a Univision Noticias Hovaghimian.
Cómo se compraban las joyas
Si bien Hovaghimian asegura que nunca vio en persona a la presidenta argentina, dice que su entonces “personal shopper” iba a la sede de la joyería a elegir las piezas y que se las llevaban sin que jamás regresaran.
“Conozco a la ex asistente de la presidenta, he ido al teatro con ella, es la hija de un famoso periodista peruano que trabajó en Argentina, Hugo Guerrero Martinheiz”, recuerda.
En su defensa, el propietario de la joyería Jean Pierre reconoció que es normal que se presten joyas a artistas, deportistas y celebridades en general para que las promocionen en sus eventos públicos, y que luego son devueltas para ponerlas a la venta.
Sergio Hovaghimian durante la entrevista que concedió a Univision Noticias.
Pero el denunciante dice que no era el caso con los collares y demás objetos que se llevaba la presidenta argentina que, asegura con plena certeza, nunca regresaban al local.
“Son únicas, son como huellas digitales: Diferentes medidas, imágenes”, dice sobre las perlas que asegura conocer perfectamente para justificar su insistencia de que éstas permanecen en poder de la presidenta.
Reacciones políticas
La denuncia generó un pedido de informes de la oposición en el parlamento argentino y la presentación como querellantes de diversas organizaciones no gubernamentales (ONGs) y privados que exigen explicaciones.
Respuestas que aún hoy siguen esperando, ya que ni la justicia, ni el propio gobierno han brindado los detalles requeridos.
Nueva vida
Después de esta gravísima denuncia contra la primera mandataria argentina, la vida de Sergio Hovaghimian no ha sido la misma.
Asegura haber sido blanco de una serie de persecuciones y extraños episodios como cuando un taxi casi lo atropella en pleno centro de la ciudad. En otra ocasión un ciclista lo increpo en plena calle.
Se tratan de extraños movimientos que, según el propio exvendedor de joyas, tuvieron su momento de máxima gravedad cuando varias personas ingresaron a su domicilio particular, en una de las zonas mas refinadas de Buenos Aires, y lo torturaron. Lo esposaron y lo golpearon por haber “hablado de más”.
A raíz de esto decidió a protegerse. Pesó semanas sin dormir en su vivienda y saltando por los países limítrofes de Argentina hasta que creyó que las condiciones para el retorno estaban dadas.
A los pocos días, sintiéndose perseguido por efectivos policiales, decidió dormir en un hotel en las cercanías del Aeropuerto Internacional de Ezeiza, a las afueras de Buenos Aires, para tener a mano una vía de escape si la gravedad de la situación así lo requiriera. Pero se vio rodeado de supuestos agentes de seguridad provinciales, muchos de ellos vestidos de civil y sin identificación, según recuerda, que lo golpearon y le recordaron que seria “el próximo Nisman”, en referencia al fiscal especial que apareció muerto en extrañas circunstancias tras haber denunciado a la presidenta Fernández de presunto encubrimiento de terroristas.
Todo esto lo llevó a apresurar su partida en el primer vuelo posible, esa misma noche, con destino a Estados Unidos.
Como la denuncia que había presentado ante la justicia involucraba a la principal carga publica de Argentina, el juez lo calificó como testigo protegido y le asignó protección policial las 24 horas del día. Un servicio que, dijo, no satisfacía su sentimiento de seguridad y por lo que terminó decidiendo abandonar el país que lo vio crecer.
Refugiado político
Una vez en territorio estadounidense se hizo ver por un médico que certificó su cuadro clínico tras la golpiza que dice haber recibido. Allí pidió asesoramiento a un estudio de abogados expertos en temas migratorios quienes le dijeron que su caso podía encuadrarse en pedido de asilo como refugiado político debido a las circunstancias que vivió tras la grave denuncia que hizo en su país.
Su abogada, Kathy Riano-López, dijo que “después de analizar los hechos y las evidencias que él ha traído de Argentina, hemos aplicado para el asilo. No obstante, estamos viendo otras opciones en el caso de que sea necesario”.
Riano-López no descartó otra estrategia en caso de que su cliente no logre el permiso de permanencia en Estados Unidos bajo asilo. Ella cree que su vida corre riesgo regresando a Argentina, por lo que agotará las instancias migratorias para que pueda permanecer en el país.
Silencio en el gobierno
Univision Noticias contactó a la oficina de prensa internacional –que se ocupa de la relación con los medios del exterior- de la Casa Rosada, la casa del gobierno argentino, pidiendo un comentario sobre la grave denuncia que este ciudadano italiano hizo contra la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
No hubo respuesta.
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