martes, 17 de febrero de 2015

18 F



Por Qué Hay Que Participar Del #18F


EL GOBIERNO Y SU ELOCUENTE DESESPERACIÓN


Por qué hay que participar del #18F

Están desesperados, obsesionados, preocupados. No saben cómo manejar lo que ocurrirá el próximo 18 de febrero. Será masivo, histórico, hiperbólico.

La ciudadanía marchará en silencio, sin banderías políticas, para reclamar por el esclarecimiento de una muerte que golpeó el corazón del republicanismo argentino.
Frente a ello, el gobierno actúa con torpeza, descalificando, ensuciando, inventando argumentos que no se sostienen siquiera desde el sentido común.
Los impresentables de siempre han salido a golpear con sus palabras, pero ya no tienen poder, a nadie le importa lo que dicen ni cómo lo dicen, por más que le pongan hiperquinética elocuencia a sus gestos.
¿Quién puede creer lo que diga un Aníbal Fernández o un Jorge Capitanich? Los funcionarios del kirchnerismo están más sucios que nadie. Tienen más barro que cualquier mácula que ellos mismos pudieran señalar.
Por caso, el secretario General de la presidencia y el jefe de Gabinete están rozados por el mismo delito: narcotráfico. El primero, por manejarlo a nivel local desde hace dos décadas; el segundo, por sus probados contactos con los personeros del mexicano Chapo Guzmán en el Chaco.
El gobierno está tan sucio, que ni siquiera Cristina atina a defenderse ante la imputación que le endilgó el fiscal Pollicita.
Los referentes del kirchnerismo casi no se han pronunciado y hasta los blogueros K brillan por su ausencia en las redes sociales.

Es un claro síntoma del final de los tiempos para el cristinismo y sus secuaces.

La muerte de Nisman es todo un quiebre, independientemente de lo que dictamine la justicia finalmente. A la gente no le interesa saber si lo mataron y se suicidó: para la sociedad la culpa ya es de Cristina.
Y es cierto: aunque no haya apretado el gatillo, o haya mandado a matar al fiscal, su gobierno —y el de su fallecido marido— pergeñaron y mejoraron una matriz de corrupción y mafia que permitió que ocurriera lo que ocurrió.
¿Por qué no desmembraron antes la ex SIDE? ¿Por qué se valieron de sus servicios a la hora de atacar a opositores, periodistas y jueces, entre otros “enemigos”? ¿Por qué pusieron al frente de la inteligencia vernácula a un oscuro represor como César Milani?
El fallecimiento de Nisman dejó expuestas esas y otras grietas. Las mismas que el gobierno intenta tapar con palabras vacuas de funcionarios siempre sospechados.
Por ello, es deber de la ciudadanía participar del #18F, más allá de lo que se piense sobre Nisman y su denuncia. Es hora de parar esta locura, de mostrar que la sociedad mastica vidrio pero no lo traga.
Es tiempo de mostrarle a este gobierno algo tan básico como necesario: que no es tan sencillo llevarse puesta una república.

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@nib@l  2015

1 comentario:

  1. Muchas gracias. Comparto en facebook.

    Hoy en Argentina vamos con los corazones a la Marcha del Silencio. Ocurrió algo inédito para la República : matan, muere presionado y hacen desaparecer al fiscal que denunció a la Presidente Cristina Kirchner por corrupción.
    Salimos a defender la independencia de los poderes del Estado. Evo Morales, dijo que es una marcha de derechas. No es verdad. Apoyan todos los sectores del amplio espectro opositor: izquierdas, Iglesias, sindicatos, partido políticos... y todos iremos con la obligación cívica de defender los valores de un país que se desintegra.
    Lo desacertado de los "aliados" del gobierno de izquierdas de Morales (cuyo apellido, al igual que el de Correa o Chávez, reportan a viejos acertijos de la masonería británica que algún día se explicarán, es el que mayor emigración tuvo desde su prolongado gobierno. NIngún poder familiar que se perpetúe en el tiempo es bueno para la democracia, que es un sistema representativo. La intensificación del presidencialismo fue consensuada por la Constitución del año 94, que casualmente establece la garantía del "secreto de las fuentes", "los bozales mediáticos" y las "listas negras" sobre las que muchos escribieron, especialmente agentes de la Mossad como el periodista Pepe Eliaschev.
    Los presidencialistas latinoamericanos terminan absorbiendo la suma del poder público, que debe estar compensado en distintas fuerzas e instituciones y tal como reza la Constitución Argentina, se convierten en INFAMES TRAIDORES DE LA PATRIA.
    "El hombre es bueno, si se lo controla es mejor" solía decir el expresidente Juan Domingo Perón. Control no es vigilancia y espionaje. Significa responsabilidad ante la culpabilidad penal de los imputados.
    Este gobierno no solo no derogó los superpoderes económicos ordenados por la American Embassy, sino que firmó memorandums inconstitucionales para proteger a los imputados del caso AMIA (iraníes, hoy amiguísimos de los imperialistas del Norte), se enriqueció de modo escandaloso, compró voluntades con monedas, volvió a reflejar los casos de desnutrición del 2001, eligió jueces y fiscales entre sus amigos más súbditos de la corona que leales a la Justicia, sino que se permitió profundizar la grieta social, alimentar odios y revanchismos, deteriorar el poder adquisitivo de los trabajadores y viajeros con el cobro de exorbitantes impuestos a las ganancias, que van a parar una caja negra, que manejan a discrecionalidad, sino que también manipuló la prensa a través de sus gargantas profundas de los servicios de inteligencia (oficialistas y actuales opositores por razones económicas del latifundio y el dominio de recursos), perdió el autoabastecimiento energético, regaló el oro, contaminando el ambiente y creo el caos en las internas judías de la Jabad, los Renovadores, los Azhkenazis y Sefardíes, sin perjuicio de plantó el modelo terrorista que avalan desde una guerra mediática Halcones y Palomas.
    Y aunque unos pocos iniciados me llamen la Pando (y me confundan con Cecilia Pando, porque son más básicos que un estudiante secundario)... van a tener que rendirle cuentas a la sociedad.
    En última instancia: Cristina Elizabet Fernández de Kirchner es solamente una empleada de la ciudadanía. No es la dueña del sillón. Que no se la crea.
    Vamos con los corazones.

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