miércoles, 16 de diciembre de 2015

57 palitos verdes al gas


De Vido contrató un barco fantasma de gas licuado por US$ 57 millones


La nave rusa nunca llegó a la Argentina. El contrato, que PERFIL revela por primera vez, esconde un desvío millonario vía Suiza a firma relacionada con Dromi. 

En las sombras. Enarsa dependía del ministro.

Un grupo de directivos de Enarsa –la empresa estatal de energía creada por Néstor Kirchner– bautizó hace algunos años el caso como la historia del Perla negra, una narración fascinante que contaba el fatídico derrotero de un barco de gas importado por el que el Estado pagó millones de dólares, aunque nunca arribó a la Argentina.

En honor al mítico barco fantasma de la saga hollywoodense Piratas del Caribe, el relato cuenta el frustrado itinerario de un buque metanero de gas natural licuado (GNL) adquirido en agosto 2008 por la empresa estatal de energía, que entre 2004 y 2012 funcionó bajo la exclusiva órbita del Ministerio de Planificación que dirigió Julio De Vido.

Los documentos a los que accedió PERFIL confirman la transferencia.

El cargamento debía arribar a Buenos Aires a más tardar el 17 de septiembre, según el contrato que revela hoy PERFIL. Pero nunca completó su recorrido. La maniobra esconde un desvío de fondos millonarios del Estado hacia Suiza.

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Este medio accedió a documentación que corrobora la veracidad de ese episodio, que podría convertirse en una pieza clave para indagar sobre la  metodología utilizada por Enarsa para seleccionar a las empresas proveedoras de GNL, un negocio que desde 2010 a la fecha costó US$ 14.148 millones según datos oficiales y se convirtió en una de las grandes causales de la escasez de dólares en la economía local.

El 5 de agosto de 2008, Enarsa –creada por Néstor Kirchner en 2004 a fin de administrar, entre otros rubros, la millonaria cuenta de los subsidios energéticos– firmó un contrato con Contrater Consulting SL, una firma española con sede en Madrid sin ningún tipo de experiencia en el sector energético. Contrater Consulting fue contratada por la empresa estatal argentina para adquirir un buque metanero de gas desde Rusia. Para ese entonces no existía ninguna terminal de GNL operativa en ese país (la primera se inauguró un año más tarde).

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El documento está redactado en inglés bajo el título “Sales and purchase contract Russian liquid natural gas”. Su difusión empieza a dar entidad a las sospechas transmitidas en los últimos años desde usinas empresariales y políticas en torno al presunto cobro de sobreprecios durante el proceso de importación de gas por barco.

Transporte. Las naves que llevan el GNL son un paisaje habitual del puerto de Bahía Blanca.

El convenio firmado con Contrater Consulting deja en evidencia que Enarsa contrató a una empresa ignota que no contaba con avales suficientes para operar como trader de GNL (ver página 17) y le encomendó el aprovisionamiento de gas, una de las áreas más sensibles del manejo energético. Lloyd Babbel, presidente de Contrater Consulting, firmó como apoderado de la empresa. Babbel es de origen alemán y la información sobre él es prácticamente nula.

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Según el extracto bancario al que accedió PERFIL, Enarsa transfirió el 8 de agosto de 2008 US$ 57.311.100 a Contrater Consulting SL (ver página 16). Monumental cifra para una “microempresa (según la terminología utilizada por el Registro Mercantil de Madrid) dedicada a la compra y venta al por menor y mayor, importación, exportación y distribución de hornos industriales”. La firma no poseía ningún tipo de experiencia en el negocio de combustibles.

Según el Boletín Oficial del Registro Mercantil de España, la última actividad comercial de Contrater Consulting data del 12 de septiembre de 2008. Es decir, al mes siguiente de la firma de convenio de Enarsa y de recibir un cobro millonario por un barco que nunca despachó. Desde entonces, la empresa se encuentra a la deriva –fue intimada por la Justicia española a que regularice la situación- y hoy está al borde de la disolución.

Hay más sorpresas con Contrater Consulting. Dos meses después de firmar el contrato con la empresa estatal de energía, el 7 de octubre de 2008 la firma española suscribió con Enarsa y Roberto Dromi una adenda al contrato original del 5 de agosto para entregar al ex ministro menemista los “derechos y obligaciones” cedidos por el Estado argentino a Contrater Consulting. En otras palabras, Dysan y Dillingetia –las empresas de la familia Dromi– se quedaron con un contrato millonario a pesar de que tampoco tenían experiencia en el despacho de hidrocarburos.  De esta forma, Dromi aterrizó en el negocio de la importación de gas.

El contrato original entre Enarsa y Contrater Consulting está firmado por Rubén Etcheverry, entonces gerente de Operaciones y Nuevos Negocios de Enarsa y avalado por su presidente, Exequiel Espinosa, que llegó a ese cargo de la mano de De Vido. Espinosa –uno de los pasajeros del avión en el que viajó Antonini Wilson con su famosa valija con US$ 800 mil– manejó el negocio de importación de GNL con línea directa con Roberto Baratta, ex coordinador de Planificación.

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En la adenda, Enarsa señala que a raíz de “la benignidad climática del invierno” fue necesario importar menos GNL del previsto (alega que se trajeron cinco de los ocho cargamentos previsto); argumenta que, en ese marco, Enarsa le propuso a Contrater una rebaja del 30% del precio del gas, algo que ésta no aceptó, por lo que llegó a un acuerdo privado cerrado el 22 de septiembre con Dysan para transferirle los derechos obtenidos en el contrato con Enarsa. Por último, estipula que la firma de Dromi se haría cargo de concretar el envío de GNL durante el invierno de 2009.

Importación de GNL: un negocio de apuro
La Argentina comenzó a importar GNL de manera imprevista en el invierno de 2008, cuando como resultado de la crisis energética fue necesario traer gas por barco para cubrir la demanda residencial frente a la caída de la producción local del fluido. La mayoría de los buques metaneros despachados ese año fueron adquiridos directamente a la española Repsol, que todavía era propietaria de YPF.

Lo que marca la documentación a la que accedió PERFIL es que en lugar de convocar en una licitación a compañías dedicadas al despacho de combustibles, el Ministerio de Planificación optó por cerrar un acuerdo con una firma desconocida como Contrater Consulting para que se encargara de “la primera provisión de GNL”. Así está consignado en los puntos 4 y 5 de la adenda firmada dos meses después con Dysan y Dilligentia, las empresas del ex ministro Roberto Dromi, que compraron los derechos de este primer contrato e ingresaron así en el negocio.



El hijo de Dromi reconoció que el barco ruso de gas “nunca llegó”


Nicolás Dromi, titular de Dillingentia, la empresa de la familia Dromi que adquirió el polémico contrato firmado por Enarsa con Contrater Consulting, una firma española sin antecedente alguno en el sector energético, para adquirir un barco de Gas Natural Licuado (GNL) confirmó que ese cargamento no arribó a la terminal de Bahía Blanca.

“Ese buque nunca llegó. Nosotros (por Diligentia) nos hicimos cargo de ese contrato que estaba en crisis. Nos contactó Enarsa a tal fin y lo vimos como una oportunidad”, explicó ante la consulta de PERFIL. Nada dijo, sin embargo, sobre los US$ 2,5 millones que la empresa estatal de energía transfirió como adelanto a Contrater. “No estoy en la oficina como para chequear la documentación”, se excusó.

De Vido contrató un barco fantasma de gas licuado por US$ 57 millones
Nicolás, hijo menor de Roberto Dromi, admitió que la addenda firmada con la empresa ibérica constituye el “acto inaugural” de Diligentia en su vinculación comercial con Enarsa.
Esta firma operó como un trader, tal como se conoce en el mercado de commodities a los intermediarios. “Trajimos dos cargamentos de GNL durante el invierno de 2009 que fueron proveídos por Gas Natural Fenosa desde Trinidad y Tobago”, señaló.

De ese modo, Nicolás Dromi refutó a Julio De Vido, que siempre negó cualquier vínculo con el ex ministro de Carlos Menem. “Nunca fue asesor ni nada similar en el ministerio a mi cargo”, difundió en julio de 2013 a través de un cable de la agencia oficial Télam.

Los expedientes que inquietan a miembros clave de la era K
Planificación posee un 60% de las acciones de Enarsa, según está estipulado en su ley de creación. “A partir de 2010 –continuó Dromi- nos convertimos en agentes oficiales para la Argentina de Gas Natural Fenosa”, la empresa que desde entonces se convirtió en el principal proveedor de GNL del país.

“Los asesoramos hasta diciembre de 2012”, añadió. La fecha coincide con el inicio de la intervención de Enarsa que llevó adelante Axel Kicillof, que como primera medida transfirió bajo la órbita de la YPF reestatizada las millonarias importaciones de gas.

Revelaciones de un ex funcionario. Por su parte, Rubén Etcheverry, que suscribió el documento con Contrater Consulting en su carácter de gerente de Operaciones y Nuevos Negocios de Enarsa, aclaró a PERFIL que dejó su cargo pocos meses después de ese episodio en disconformidad con el devenir de la empresa estatal. “Al no ser apoderado, siempre actué por mandato o en comisión ad referéndum del Directorio de la empresa”, explicó.

Cajas y papeles abandonados, la postal del adiós a De Vido
Etcheverry, uno de los fundadores de Gas & Petróleo, la petrolera provincial de Neuquén, cargó en duro en términos contra Roberto Barrata, alter ego de De Vido en Planificación. “Con el tiempo, Enarsa se convirtió en la oficina de compras del ministerio. La mayoría de los adquisiciones bajo el paraguas del programa Energía Total (creado por el kirchnerismo para subsidiar la importación de combustibles) era digitado directamente por Baratta”, enfatizó ante la consulta de este diario. Y fue más allá: “Como vínculo entre Baratta y Exequiel Espinosa (presidente de Enarsa) basculaba el contador Raúl Argañaraz, por entonces gerente administrativo de Enarsa, que había sido tesorero del Banco de Santa Cruz”, atribuyó Etcheverry.

Uno de los puntos que determinó su renuncia fue el desempeño del plan Energía Delivery, lanzado por Planificación para subsanar mediante la instalación de pequeñas centrales eléctricas decenas de cuellos de botella de la red. “La iniciativa dependía de Santiago Pierro (ex gerente de Energía Eléctrica de Enarsa), que alineado con Roberto Baratta pretendía que firme contratos que no estaban en condiciones”, denunció el ex directivo de Enarsa




@nib@l  2015

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