sábado, 30 de mayo de 2020

Perro come perro -- Edward bunker



Perro come perro  




Las escenas se suceden una tras otra, extensos capítulos que son cada uno un nuevo hito, una nueva demostración del talento de Bunker. Y por debajo se nos muestra el complejo nudo de relaciones, el extraño sentido ético residente en la jerarquía criminal, las gradaciones, las líneas rojas que se cruzan o no, la mentalidad del eterno perdedor que sueña con una redención que se alargue más que un mero espejismo, por ese eterno cuento de la lechera que viene a ser la vida criminal. El último golpe y lo dejo.
Troy no, pero algunos de sus compinches tienen familias que mantener. Troy no, a Troy parece que le preocupe más tener una estampa digna como delincuente, aunque eso le cueste gastarse setecientos dólares en unos zapatos Ferragamo. Troy sabe quién le debe y a quién debe favores, sabe a quién quiere y quién le quiere, pero su mentalidad devastada por una vida encerrado ya le ha mutado de forma irreversible. Lo criminal es también una empresa y tiene que aportar un rendimiento, que uno no sale de casa con una pistola en el cinto para nada. Esa conciencia le lleva a un constante cálculo de riesgos y oportunidades, y conforme uno lee, comprende a Troy, le coge aprecio de amiguete malote que preserva unos códigos mínimos, pero férreos, y desea que todo le salga bien, y que nadie se haga daño.




A causa de innumerables presiones, demandas  y/o amenazas de inquisidores digitales (grupos editoriales y sus representantes legales), desde el 13-05-17, me veo obligado a dejar de compartir toda clase de archivos que incluyan la descarga de   e-libros . 


Si algún autor o dueño de derechos, se siente perjudicado por este paupérrimo blog, por favor avisenme y prometo desincorporar sus datos, en forma inmediata ... Gracias


 @níb@l  2020

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