Las grietas de Jara
Un thriller moral que recuerda al Woody Allen de Match Point e Irrational Man, aunque, a diferencia de lo que sucede en estas pelis, Piñeiro no nos presenta a gente “normal” que no frecuenta ambientes criminales, de quien no se esperaría que cometiera un crimen y, sin embargo, lo comete. No. Los personajes de Las grietas de Jara, en cambio, son gentes con cierta cercanía, si no al crimen, sí al menos al abuso, a la estafa, al engaño y a la desvergüenza.
El subtítulo, Nadie es inocente, nos da una buena pista de lo que transmite esta novela: todas y todos llevamos un canalla en nuestro interior. A veces sale a flote. A veces no. Todas y todos somos capaces, en algún momento, de saltar al otro lado. A veces ni siquiera sabemos en qué lado estamos. Ni siquiera nos lo cuestionamos, hasta que llega un Jara y nos suelta la pregunta a bocajarro.
Es una tesis que hemos visto desarrollada, con mayor o menor pericia (aquí magistralmente), en multitud de novelas o películas y que yo personalmente no comparto del todo, aunque debo reconocer que narrativamente da muy buenos resultados y crea los mejores personajes, los más interesantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario