Héroe
Me llaman héroe. Solo porque salvé a una familia de un incendio en su propia casa. A mí, drogadicto, alcohólico y, según algunos, adicto al sexo: el paquete completo. Aunque nadie en el precioso y aburrido pueblo en el que vivo parece ser consciente de esto último: sus habitantes viven con una venda en los ojos ante todo lo que lleve el apellido Benson.
Buena parte de culpa la tiene mi padre, el hombre que puso al pueblo en el mapa, el más respetado y querido de todos los vecinos, reputado empresario de productos audiovisuales de cara al público, cruel traficante de armas en privado. También el hombre que me ha odiado desde el día en que nací y que no ha dejado de demostrármelo durante toda mi deprimente vida; creo que tiene algo que ver con que mi madre muriera durante el parto. El hombre que nunca me sostuvo entre sus brazos de pequeño (y que me habría tirado al suelo de cabeza de haberlo hecho), que tardó años en decirme una sola palabra. El hombre que no se deshizo de mí porque habría afectado de forma negativa a su imagen pública, y que luego optó por introducirme de la peor forma posible en el negocio familiar. El hombre al que pertenezco. El padre del año. Y del siglo.
Siempre he querido huir de él pero nunca me he atrevido; el miedo a sus represalias es más fuerte. Y por eso me refugié entre sustancias estupefacientes ilegales, la única manera que encontré de lograr algo de libertad. Porque no soy ningún héroe, solo un tipo que intenta sobrevivir en el mundo que le ha tocado vivir.
Si algún autor o dueño de derechos, se siente perjudicado por este paupérrimo blog, por favor avísenme y prometo desincorporar sus datos en forma inmediata... GRACIAS.
@níb@l 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario