miércoles, 21 de junio de 2017

Vigilar y castigar -- Michel Foucault



Vigilar y castigar  





Quizá hoy nos avergoncemos de nuestras prisiones. Sin embargo, en el siglo XIX fueron motivo de orgullo los presidios construidos en los márgenes -y a veces en el corazón mismo- de las ciudades; los patíbulos dieron paso a nuevas edificaciones teñidas de benevolencia; ya no se trataba de castigar los cuerpos sino de corregir las almas. Aquellos muros, aquellos cerrojos, aquellas celdas figuraban una verdadera empresa de ortopedia social. 

¿De dónde viene esta extraña práctica de encerrar para corregir incluida en los Códigos penales de la época moderna? ¿Se trata de una vieja herencia de las mazmorras de la Edad Media? Más bien se trata de una nueva tecnología: entre los siglos XVI y XIX se desarrolló un conjunto de procedimientos ideados para dividir, controlar, medir, encauzar a los individuos y hacerlos a la vez “dóciles y útiles”. 

Vigilancia, ejercicios, maniobras, rangos, exámenes se implantan para someter los cuerpos, dominar la diversidad humana y manipular su potencial en los hospitales, el ejército y las escuelas. El siglo XIX inventó, sin duda, las libertades pero éstas se edificaron sobre un subsuelo profundo y sólido: la sociedad disciplinaria de la que seguimos dependiendo. Hay que volver a situar la prisión en la formación de esta sociedad vigilante. 





A causa de innumerables presiones, demandas y/o 

amenazas de inquisidores digitales (grupos editoriales y 

representantes legales)desde el 13-05-17, me veo 

obligado a dejar de compartir toda clase de archivos que 

incluyan e-libros . 



Si algún autor o dueño de derechos, se siente perjudicado 

por este paupérrimo blog, por favor avísenme y prometo 

desincorporar sus datos en forma inmediata... GRACIAS.




 @níb@l  2017

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