Las Estrategias De Macri Y CFK De Cara A Octubre
UNO EVITA EL PRESENTE Y OTRO EL PASADO
El gobierno de Mauricio Macri busca la forma de eludir los efectos negativos de los asuntos del presente, como los alcances de la investigación por la desaparición de Santiago Maldonado y la toma de escuelas porteñas y se esperanza con el repunte de algunos índices económicos que, en el mejor de los casos, retrotraen la situación al 2015. Y su estrategia pasa por que la opinión pública se debata entre el pasado kirchnerista y el 2018 que, prometen desde la Casa Rosada, será magnífico.
Su adversario, el kirchnerismo, no quiere saber nada con el pasado que pone la gestión de Cristina Fernández en la silla de los acusados, frente a un jurado de ciudadanos de los cuales casi 7 de un total de 10 la consideran culpable de los males de la Argentina.
Tampoco le sirve a los exégetas de la ex mandataria que haya en el presente una tenue -por más tenue que sea- recuperación económica, porque desacredita las banderas negras que vienen agitando, del desempleo y la crisis terminal.
El gobierno nacional salió a exponer cifras para contrarrestar lo que hoy, en plena campaña electoral, es uno de sus flancos más débiles: la situación económica.
La economía creció 2,7% en el último año y 0,7% en el segundo trimestre y la actividad acumula tres trimestres consecutivos de crecimiento. Se crearon 71.172 puestos de trabajo en el sector privado formal, una suba del 1,1% con respecto a 2016.
Para poner las cosas "en cero", y que se deje de hablar de la "economía de Macri", el jefe de Asesores del Ministerio de Hacienda, Guido Sandleris, aseveró que la recuperación económica es tal que, en septiembre, el nivel de actividad está por encima del que se registraba en diciembre de 2015, cuando asumió el gobierno Mauricio Macri.
En otras palabras: Para el gobierno, en setiembre lograron retrotraer la situación y quedar a la par del último mes que gobernó Cristina Fernández. Como si detrás de esa afirmación replicara la voz de Jaime Durán Barba aconsejando repetir: "Ahora, el kirchnerismo no va a tener más argumentos para decir, 'antes estábamos mejor' porque ahora estamos como antes".
Como el último año económico del kirchnerismo, al que supuestamente igualó Cambiemos, fue malo per se, el oficialismo utiliza su presente como base para prometer que 2018 será mejor, será espléndido. "El país tiene un futuro enorme", sentenció el Presidente Macri, días atrás.
Del presente tampoco le sienta bien a la estrategia electoral de la Casa Rosada el caso Maldonado. La causa no tendría mayor trascendencia el 22 de octubre, en la jornada electoral, siempre y cuando se mantenga firme que la Gendarmería como fuerza no tuvo nada que ver en la desaparición y eventual muerte del joven artesano. ¿La incidencia será igual si se comprueba que los gendarmes tienen alguna responsabilidad? Tras el mega rastrillaje que arrojó pocos resultados, las escuchas a los celulares de los gendarmes que intervinieron en el desalojo de la protesta mapuche del 1 de agosto, arrojó frases y diálogos que mantienen las sospechas en los uniformados en lo que hace al destino de Maldonado. Tal vez la separación del juez federal Guido Otranto y la designación del juzgado a cargo de Guillermo Lleral para concentrar la investigación, apunte a acelerar los tiempos para la resolución de este enigma.
Como efecto contrario, el reverdecer de la investigación de la muerte del fiscal Alberto Nisman es un pasado que el kirchnerismo no quiere ver.
La pericia de la Gendarmería que afirma que a Nisman -que acusaba a Cristina Fernández de traición a la Patria por el memorandum de Entendimiento firmado con Irán- lo asesinaron dos personas, que a su vez modificaron la escena del hecho, vuelve todas las miradas hacia el gobierno kirchnerista.
"Fue el gobierno de Cristina Kirchner el que mató a Nisman", lanzó días atrás, por las dudas, Elisa Carrió. Tocada, y sin intermediarios, Cristina Fernández retrucó: "es una bomba de humo para ocultar el caso de Santiago Maldonado". Nisman por Maldonado. Y viceversa.
Fuera de la agenda cuidada y minuciosa que la primera candiadata a diputada por Vamos Juntos Elisa Carrió comparte con Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de gobierno porteño debió fijar posición: "Estamos convencidos, como la gran mayoría de la gente, que hay que cambiar y hacer una reforma del sistema educativo".
Desde la oposición, llamó la atención la falta de una crítica contundente por parte del candidato de Unidad Peronista Daniel Filmus, segundo en las PASO de agosto. En tanto Martín Lousteau de Evolución, matiza cuestionamientos con aciertos acerca de la reforma educativa, aunque deja en claro la falta de discusión propuesta por el gobierno de la Ciudad.
La campaña va creciendo. Al parecer, al igual que este, los fines de semana estarán caracterizados en territorio bonaerense por los timbreos de Cambiemos y actos de Cristina Fernández, además de las recorridas por varios municipios de la dupla Sergio Massa-Margarita Stolbizer.
Sin embargo, no todo la atención estará focalizada en actividades proselitistas tradicionales. Las novedades económicas y la tormenta judicial, sobre todo esta última, parece no ceder: el miércoles a las 9.30 comenzará la segunda etapa del juicio por la tragedia de Once ocurrida el 22 de febrero de 2012, que deberá afrontar una de las principales espadas kirchneristas, Julio De Vido.
Por si fuera poco para el ex oficialismo, el fiscal Carlos Stornelli pidió investigar lo que considera un hecho de "insolvencia fraudulenta", la sesión de bienes por 77 millones que Cristina Fernández hizo en 2016 a sus hijos Máximo y Florencia Kirchner.
@nib@l 2017