La mano de Dios
Un arqueólogo, Harris Gordon, con escasos escrúpulos religiosos y una indudable afición al alcohol ha hecho un descubrimiento que puede revolucionar al mundo. Ha descubierto unos restos humanos, sepultados hace siglos, que quizás, pudiesen ser los de Jesucristo. Algo que podría negar que Cristo resucitó al tercer día. Gordon los ha sacado ocultamente de Israel y los ha llevado a Estados Unidos. Y nada menos que a casa de un viejo condiscípulo y amigo, que ahora es arzobispo de Nueva York y cardenal de la iglesia de Roma. Por otra parte, el Papa está muriéndose y el cardenal Maloney, el arzobispo de Nueva York, tiene serias posibilidades de ocupar la silla de San Pedro`, tras la desaparición del Papa. Si a todo este espectacular embrollo añadimos que un investigador, enamorado de la única sobrina del cardenal, anda tras las huellas de Gordon y de su misterioso descubrimiento, tendremos en nuestras manos los hilos de esta trama tan compleja como peligrosa. ¿Qué pasaría si el cardenal se enterase de que lo que su amigo ha llevado a su casa pueden ser los restos de Cristo? ¿Qué pasaría si el arqueólogo sacase a la luz pública la noticia o si el investigador descubriese lo que se oculta tras aquellos muros?
Una tensión continua en la que se mezclan intereses de la ciencia, de la alta política vaticana, de la religión y la amistad, y en medio de ellas, una historia de amor que, consecuencia indirecta de todos estos problemas y de estos cruzados intereses acabará trágicamente.