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jueves, 11 de abril de 2024

Lo que no tiene nombre -- Piedad Bonnett

    



Lo que no tiene nombre  



«¿Hasta dónde puede llegar la literatura? En este libro dedicado a la vida y la muerte de su hijo Daniel; Piedad Bonnett alcanza con las palabras los lugares más extremos de la existencia. La naturalidad y la extrañeza conviven en sus páginas igual que en su mirada conviven la sequedad de la inteligencia y el latido más intenso de la emoción. Buscar respuestas es un modo de hacerse preguntas. También es una forma de seguir cuidando al hijo más allá de la muerte. La gran literatura convierte la historia personal en una experiencia humana colectiva. Por eso este libro habla de la fragilidad de cualquier vida y de la necesidad de seguir viviendo.» 


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@nib@l 2024 

lunes, 11 de abril de 2022

Lo que no tiene nombre -- Piedad Bonnett

     


    Lo que no tiene nombre 






En este libro dedicado a la vida y la muerte de su hijo Daniel,     Piedad Bonnett alcanza con las palabras los lugares más extremos de la existencia. La naturalidad y la extrañeza conviven en sus páginas igual que en su mirada conviven la sequedad de la inteligencia y el latido más intenso de la emoción. Buscar respuestas es sólo un modo de hacerse preguntas, de negociar con las preguntas, de saber cuántas preguntas caben en una obsesión. Es también una forma de seguir cuidando al hijo más allá de la muerte, de defenderlo contra el frío, comprarle ropa nueva, preguntarle por los estudios y por su arte.

Aunque no haya ningún sobre en la habitación, todo suicidio es una carta a los seres que se dejan en la vida. El dolor, el amor, los recuerdos, las imaginaciones, los sentimientos de culpa, la conciencia de haber ayudado y la certeza de la enfermedad se mezclan en nuestros ojos al leer esa carta y nos interpelan sobre nuestra propia realidad. Piedad Bonnett ha vivido el duelo en compañía de la literatura. Toda la lucidez y toda la emoción pudorosa que han caracterizado su poesía y su narrativa se condensan aquí. La gran literatura convierte la historia personal en una experiencia humana colectiva. Por eso este libro habla de la fragilidad de cualquier vida, de cualquier mundo en el que pueden desaparecer los oficios y las artes, de cualquier estado que pretenda engañarnos con su estabilidad. Habla también de la necesidad de seguir viviendo». Luis García Montero

   

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@nib@l 2022 

viernes, 27 de julio de 2018

Lo que no se dice cuando se habla del aborto


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Lo que no se dice cuando se habla del aborto




No somos tan progres... la cuestión es otra
No somos tan progres... la cuestión es otra
No es "aborto sí, aborto no". Tampoco lo es "aborto legal vs clandestino". La discusión, lamentablemente, es mucho más básica, tanto que asusta y mientras esté acompañada por este revival de la Edad Media que se está viviendo últimamente, como toda discusión en la que intervenga la religión, no tiene salida ni solución posible.
Impera la ignoracia sobre el conocimiento, las opiniones personales sobre los fundamentos científicos, la pseudociencia sobre la ciencia, el fanatismo fundamentalista y mucho, muchísimo machismo. Y el aborto es un tema demasiado importante para tratarlo desde una base tan hecha pelota.
Los argumentos "pro vida" -mote que se acuñó el propio grupo y que le queda enormemente grande; tanto que en Estados Unidos los llaman "anti choice" o "illegal"- está inundados de preconceptos y falacias. Algunas:
1- Confusión en la definición entre feto y bebé que se soluciona con un diccionario.
2- Ignorancia sobre el límite de semanas que propone la ley de IVE. (En el marketing usan la foto de un feto de 22 semanas, cuando la ley propone hasta la 14, y a veces directamente usan la foto de un bebé ya nacido).
3- Inesperada defensa irrestricta sobre la "vida" y «el derecho a la vida». La vaca cortada en pedazos que te comiste a la parrilla el domingo también estaba viva un día antes. Si la vida es un valor absoluto, el Estado debería desarmar sus fuerzas armadas (a las que encima les da el beneficio de la duda) y derogar todas las leyes de legítima defensa. Ni el país ni la sociedad respeta "la vida", no es un derecho fundamental en nuestra escala de valores ni uno que cuidemos.
4- Argumentación falaz de que porque el feto tiene ADN humano debe ser protegido indiscutiblemente. La muela del jucio que te estaba infectando y que decidiste sacarte y un médico te dio el OK también tenía ADN humano, tuyo. Tus amígdalas, tu apéndice. Tu menstruación, tu semen.También las uñas y el pelo que decidiste cortarte. El ADN no es un factor a proteger ni lo fue nunca. No podría jamás. Es ilógico.
5- La falacia de que el feto es una persona en potencia y por eso debe ser conservado y protegido sin restricciones. En el momento que se afirma que es «una persona en potencia» ya se está adminitendo al mismo tiempo que no lo es. Además hay otro grupo de células que tienen la capacidad de convertirse en persona y que no son conservadas ni protegidas indefinidamente: los embriones congelados descartados en la transferencia embrionaria de la fecundación in vitro para evitar embarazos múltiples en el cuerpo de la mujer. ¿O se pretende también derogar la ley 26.862?
Aquí nos damos cuenta que lo que hace falta es una reglamentación clara sobre cuáles son las cartacterísticas que debe tener un ser para considerarlo digno de derechos. (Si salís con la carta de "desde la concepción", volver al punto 5 por favor).
¿Entonces? ¿Cómo avanzamos o decidimos si estamos así de empantanados? Insisto, la discusión no es el aborto, no somos tan progres. Es mucho más básica y medieval que eso. Acá la discusión es la mujer y el sexo, aunque usted no lo crea. Créanme: aún no hemos superado ese punto tan básico y terrenal para plantearnos cuestiones tan avanzadas como el inicio de la vida.
El aborto no es el problema, el problema es qué pasa cuando para la mujer el embarazo lo es. Entonces salta el medievalismo:
1- "Cierren las piernas": ¿Por qué? ¿Cuándo debería abrirlas entonces? ¿No deciden las mujeres sobre cuándo y con quién abrirlas o cerrarlas? Si ellas no deciden entonces alguien decide por ellas. ¿Quién entonces? ¿El hombre? ¿La Iglesia? ¿Solo los hombres tienen permitido disfrutar del sexo? ¿Las mujeres solo para procrear, no? ¿Vieron? La cuestión era mucho más retrógrada de lo que pensábamos.
2- "Bueno, entonces que se se cuiden": Ningún método anticonceptivo es 100% efectivo. Por ende, una mujer puede quedar embarazada incluso cuidándose. El método más efectivo es el preservativo y hasta el Dr. Albino admite que es "poroso". ¿No vamos a discutirle a Albino, no?
3- "Enseñen educación sexual en lo colegios... o bueno, mejor no": A los adolescentes en el colegio se le muestran hilarantes videos de cómo en China hacen cremas con fetos, pero no se les habla lo suficiente sobre sexo, menstruación o métodos anticonceptivos. Aún la Iglesia tiene mucho poder en la Educación, sobre todo católica, y evita sobrehumanamente este tipo de charlas. Piensan que la educación sexual es un Kama Sutra, cuando es la educación más básica que se debe y puede enseñar a esa edad, en la que empiezan a incursionar en sus primeras experiencias sexuales les guste o no a sus padres, abuelos o iglesia.
4- "Entonces por las dudas cierren las piernas": Volver al punto 1.
Me atrevo a cerrar con una autorreferencia. Hasta hace 15 años, mi postura era contra el aborto. Mi frase era "si se legaliza el aborto, entonces que se legalice la pena de muerte". Me bastó una charla personal con un genetista para modificar totalmente mi postura desde la ciencia.
En el año 2016 sufrí un accidente que dejó muy mal, y con un factor degenerativo, una de mis piernas. Los médicos me recomendaron enfáticamente no quedar embarzada, ya que mi rodilla no soporta peso y casi no tiene flexión.
Si el método anticonceptivo que utilizo, uno de los más seguros y que tiene un 99% de confiabilidad, fallara, debería interrumpir voluntariamente mi embarazo. Debería solicitar un préstamo de 20 mil o 30 mil pesos para hacerlo. Ubicar el más pasable de los lugares ilegales para efectuarlo. No reclamar ninguna medida de seguridad ni higiene porque entiendo que es una práctica clandestina. Y luego rezar para que nadie me haya visto hacerlo y correr el riesgo de ser denunciada penalmente e ir presa por haberlo hecho.
Abrí las piernas con mi marido de hace 10 años, me cuidé, pero quedé embarazada y no puedo seguir con él. "Hacé 9 meses de reposo y atravesá el embarazo", me llegaron a recomendar algunos cuando les planteé esta hipótesis. ¿Pero, y si no quiero? ¿O soy un envase? ¿Ah, nadie me había preguntado? Perdón.


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