Dilo en voz alta y nos reímos todos
Si esto fuera Finlandia, este libro no existiría. Porque allí los alumnos son perfectos, los profesores son perfectos, las familias son perfectas y los institutos, por supuesto, son perfectos.
Aquí, como de finlandeses tenemos poco, más que perfectos somos humanos, por eso en nuestras aulas hay alumnos distópicos, que hacen un examen de 10 en un universo paralelo y sacan un 2 en el universo real; profesores multitarea, que tan pronto ejercen de animadores socioculturales como de psicólogos, enfermeros, seguratas o traductores simultáneos; y padres que hacen compulsivamente la ESO y se preguntan cómo suspenden sus hijos tras haberse estudiado con ellos hasta la última conquista de los Catholic Kings (en bilingual, claro).
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@níb@l 2018