Defecto de fábrica
Es negra y profundamente urbana. La primera novela de Alfonso Gutiérrez Caro arranca en un recóndito paraje norteafricano donde una niña es despojada a la fuerza de los brazos de su madre. Un hecho silenciado, un drama inexistente para el mundo, pero cuyas ramificaciones llegan más cerca de lo que se podía creer.
A escasos trescientos kilómetros de allí, en su despacho de Murcia, el desentrenado detective Samuel Alonso recibe un inusual encargo: encontrar a Julia Castro, una inadaptada joven con antecedentes por consumo de drogas que lleva meses desaparecida. La búsqueda afrontada por Alonso le llevará a los lugares más sórdidos y oscuros de la ciudad, también a los más esotéricos, terminando con intimar con la flor y nata del submundo criminal.
En una región devastada por la crisis económica y el paro la orden del día es sobrevivir, valiéndose para ello de nuevas e intrincadas formas. Cuando todas las pistas le lleven a un extraño hombre de negocios conocido como “el Serbio”, Alonso se verá obligado a cruzar esa etérea línea que diferencia el bien del mal para encontrar a la chica y salvar a su propia familia de la terrible amenaza que se cierne sobre ella.
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