Aerolíneas, entre las críticas a La Cámpora y el récord de julio
Guillermo Dietrich e Isela Costantini contaron que el cabotaje aumentó 13% frente al mismo mes de 2015 y que se mejoraron los índices de puntualidad
Pasó julio, y Aerolíneas Argentinas no fue noticia, distinto a las vacaciones del año pasado cuando 176.000 pasajeros quedaron demorados en todo el país por la mala planificación de la empresa. Entonces Isela Costantini y Guillermo Dietrich, la CEO y el Ministro de Transporte, se sentaron frente a la prensa con los números de la compañía y expusieron los números en el mes de más demanda de la temporada de invierno.
"El cabotaje creció un 13 por ciento y hemos batido todos los récords. Ofrecimos un 2% más tramos que el año pasado y pasamos de una puntualidad de 52% en julio pasado a otra de 92% si se toma un rango de 60 minutos", dijo Costantini.
Claro que la comparación no fue sólo con julio del año pasado. "Recalde mintió en todo. La empresa perdió mucho más que los 5200 millones de pesos que le pidió al Estado, dejó una enorme deuda que tuvimos que pagar nosotros en el primer semestre", graficó el ministro.
Respecto del mes que terminó, Dietrich fue un poco más incisivo. "Julio fue el último mes de gestión en alta temporada de [Mariano] Recalde,y como sucedió en el kirchnerismo, gente incapaz manejando cosas complejas termina como terminó julio del año pasado, muy mal. La situación de Aerolíneas era una catástrofe", dijo.
Claro que no se habla de un reloj suizo. Según el ministro y la CEO, este año fueron 58.738 los que sufrieron demoras. "Hay mucho por mejorar, pero gran parte de lo que sucedió este mes es producto de los cambios que se implementan desde enero", aclaró la ejecutiva.
Viento de cola
Hay dos números que fueron el viento de cola de la nueva gestión. Por un lado, la devaluación que si bien encarece algunos costos pega de lleno a favor en la recaudación de pasajes internacionales. Otra, la caída del precio del petróleo, que baja la factura de combustible. "Es verdad que ayuda, pero por ejemplo, en la ruta a Nueva York que era una de las que más perdía, ahora si se descuenta la devaluación y el combustible, está en equilibrio", dijo Costantini. Dietrich aportó lo suyo. "Es verdad que impacta la caída del precio del petróleo ayudó, pero no es lineal, no se replica la caída del crudo en los costos de combustible", dijo.
Más allá de altos niveles de ocupación, la ex ejecutiva de General Motors dijo que los números de julio todavía no estaban. "De cualquier manera, han mejorado mucho con pequeños cambios que hacemos, la gran mayoría de ellos con enormes aportes de los empleados", dijo. El enorme cuidado de cada una de las palabras cuando se refiere a la cuestión laboral tiene su explicación: la estructura de la compañía es el gran problema que tiene la empresa. Dietrich fue más explícito. "En Madrid había un empleado puesto por La Cámpora que cobraba 7000 euros por mes y no hacía nada. Nos encontramos con gerentes que no hacían nada, que no tenía funciones ni despacho, pero cobraban. Era un desastre", puntualizó.
La apuesta para el segundo semestre no sólo es financiera sino también, gremial. Por un lado, la empresa ya consumió gran porcentaje de lo que tenía presupuestado. "Cambió mucho el flujo y vamos a andar muy bien entonces", dijo Costantini sobre este punto. Sin embargo, la lupa estará en las paritarias que se negocian en septiembre. "Hay mucha responsabilidad en los gremios y espero que otras negociaciones que están en curso con algunos sindicatos no sean parte de la paritaria. Dietrich, como en toda la charla que LA NACION compartió con Clarín, fue más allá. "Vamos a ver qué tan involucrados están los gremios en hacer una compañía que compita como cualquiera de las que lo hacen en un mundo globalizado. Igual, es una conversación nueva la que hay con los sindicatos. Antes no existía", finalizó.
LA NACION Economía
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