La comerciante de libros
Durante el siglo XV, mientras la intolerancia religiosa se propaga por Europa como un gran incendio, la joven inglesa Anna Bookman y su abuelo Finn se ganan la vida en Praga iluminando libros de gran valor, entre los que figuran traducciones prohibidas de la Biblia. Finn defiende el derecho de la gente a leer por sí misma la palabra de Dios, sin tener que pagar a ningún intermediario por tal privilegio, desafiando así la intolerancia eclesiástica. Pero cuando las autoridades que temen la pérdida de su poder, dan un paso más en su cruzada contra las libertades del pueblo y empiezan a quemar libros y a matar a los herejes, entre ellos al prometido de Anna, Finn insta a su nieta a refugiarse en Inglaterra. Instalada provisionalmente en Francia, donde se gana la vida vendiendo libros, Anna conoce a Gabriel, un joven y rico mercader, del que se enamora. No sabe que en realidad este apuesto hombre es un monje inglés, enviado por el obispo de Canterbury a Francia como espía