La sonrisa de la Gioconda
Si no fuera porque Mr Hutton ha de soportar la carga de una esposa enferma y quejicosa, su vida sería extraordinariamente placentera. Vive en una casa confortable, con una gran biblioteca familiar; ama la lectura, le gusta frecuentar la compañía de mujeres, goza de un refinado paladar y no tiene problemas económicos. Su vecina, Janet Spence, se compadece de Mrs Hutton y la visita con frecuencia para ofrecerle compañía y cuidados. Cuando un luctuoso suceso convulsiona la vida cotidiana de los protagonistas de esta historia, afloran a la superficie unos comportamientos no convencionales que ponen de manifiesto sentimientos poderosos con una gran capacidad destructora.