Fuimos soldados
Lazarte, un soldado rebelde, expulsado de la guerrilla montonera, quiere asesinar a los miembros de la Conducción. Los acusa de mandar a sus subordinados al combate mientras ellos permanecen en el exilio, y también los responsabiliza por la desaparición de su hermana durante la dictadura militar. Para cumplir con su plan, necesita ser reincorporado y recuperar la confianza de sus ex jefes. Se ofrece entonces para realizar una acción heroica, a la que difícilmente pueda sobrevivir: volver a la Argentina para interferir las emisiones televisivas de los partidos del Mundial 78 y propagar el discurso del comandante montonero Mario Firmenich. Contra todos los pronósticos, Lazarte alcanza su objetivo. De regreso en México, Montoneros lo readmite en sus filas y lo pone al frente de un pelotón de soldados, con el que viaja nuevamente al país. El pelotón cruza la frontera con identidades fraguadas e intenta sobrevivir en la clandestinidad. Le faltan armas y dinero; algunos soldados desertan, otros desaparecen, pero el grupo todavía tiene tres objetivos militares para cumplir. Y Lazarte tampoco olvida el suyo. Como ellos, otros combatientes montoneros tomaron las armas y regresaron a la Argentina entre 1978 y 1980 para enfrentar a la dictadura militar, mientras la sociedad festejaba en las calles los triunfos futbolísticos de esos años. Pocos lograron sobrevivir. Después de las exitosas obras Galimberti y López Rega, Marcelo Larraquy reconstruye las historias de hombres y mujeres a los que se reconoce como desaparecidos pero no como soldados, y que quedaron marginados del canon de la memoria setentista.