Progenie
Sevilla, ola de calor. Todo el que puede huye a la playa. No así Camino Vargas, jefa accidental del Grupo de Homicidios desde el tiroteo que dejó en coma al inspector Arenas. Y tampoco los criminales. Alguien ha atropellado salvajemente a una mujer y se ha dado a la fuga. Este asesinato se va a transformar en el foco de atención mediática cuando se filtre un dato aún más perturbador: el homicida le introdujo un chupete en la boca antes de darse a la fuga. Todos los indicios apuntan a la expareja, un maltratador psicológico, y las estadísticas no están de su lado. Sin embargo, cuando la autopsia desvele que la víctima estaba embarazada y los asesinatos comiencen a sucederse con el mismo modus operandi, las cosas ya no estarán tan claras y Camino deberá enfrentarse al caso más duro de su carrera.