Las vírgenes suicidas
En menos de un año y medio, las cinco hermanas Lisbon, adolescentes entre trece y diecisiete años, se suicidaron.
Los jovencitos del barrio habían estado siempre fascinados por esas inalcanzables jóvenes en flor, atraídos por esa casa de densa femineidad enclaustrada –la madre era una católica ferviente y moralista que no dejaba que sus hijas salieran con chicos; el padre, profesor de matemáticas dócil y benévolo, aceptaba las muy estrictas normas de su mujer–, y las primeras muertes no hicieron sino ahondar el misterio y el espesor del deseo. Los Lisbon se encerraron cada vez más en sí mismos y en el interior de la casa, y los jóvenes los espiaban desde las ventanas del vecindario, trataban de comunicarse con las hermanas pidiéndoles canciones por teléfono, contribuían al intrincado tejido de rumores, a la creación de mitologías. Veinte años después, aquellos mismos adolescentes, ya en la frontera de la mediana edad, intentan desentrañar el enigma de aquellas lolitas muertas que siguen fascinándo.
A causa de innumerables presiones, demandas y/o
amenazas de inquisidores digitales (grupos editoriales y
representantes legales), desde el 13-05-17, me veo
obligado a dejar de compartir toda clase de archivos que
incluyan e-libros .
amenazas de inquisidores digitales (grupos editoriales y
representantes legales), desde el 13-05-17, me veo
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por este paupérrimo blog, por favor avísenme y prometo
desincorporar sus datos en forma inmediata... GRACIAS.
@níb@l 2017