El andorrano
Un joven pastor de un pueblo serrano de la provincia de Almería, huye tras apuñalar al alcalde de su pueblo, un miliciano al que sorprendió violando a su sobrina, y se refugió en Andorra, donde se unió a los pastores que hacían de guía de españoles que cruzaban a Francia, huyendo de la guerra civil, y después a los judíos que procedentes de Francia escapaban a la persecución nazi. Se hicieron muy ricos a base de abandonar a algunos adinerados en la nieve, atados con alambres y descalzos, quedándose con los bienes que portaban. Antonio Lao, con los años, se convirtió en el empresario más importante de Andorra, propietario de las principales concesiones de vehículos alemanes, dueño de hoteles, centros comerciales, mientras otros pastores pasaron de prestamistas a banqueros. En 1984 el sobrino de un joyero judío siguió la pista que un diario de Almería publicó hasta averiguar qué fue de sus antepasados, a los que creía muertos en un campo de concentración nazi.