La bailarina de Auschwitz
Eger tenia dieciséis años cuando los nazis invadieron su pueblo de Hungría y se la llevaron con el resto de su familia a Auschwitz. Al pisar el campo, sus padres fueron enviados a la cámara de gas y ella permaneció junto a su hermana, pendiente de una muerte segura. Pero bailar El Danubio azul para Mengele salvó su vida, y a partir de entonces empezó una nueva lucha por la supervivencia. Primero en los campos de exterminio , luego en la Checoslovaquia tomada por los comunistas y, finalmente, en Estados Unidos, donde acabaría convirtiéndose en discípula de Viktor Frankl. Fue en ese momento , tras décadas ocultando su pasado, cuando se dio cuenta de la necesidad de curar sus heridas, de hablar del horror que había vivido y de perdonar como camino a la sanación. Su mensaje es claro: tenemos la capacidad de escapar de las prisiones que construimos en nuestra mentes y podemos elegir ser libres, sean cuales sean las circunstancias de nuestra vida.
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@níb@l 2019