Continuación de la nada
Treinta textos, entre los que destacan los parlamentos del bobo del Buenos Aires, que no es otro que el propio autor que se postula para el puesto porque piensa que toda gran ciudad debe tener un bobo.
Lo único que puedo decir es que una literatura tan original y desconcertante resulta amena de leer y curiosa de descifrar. El lector no sabe qué está leyendo, pero el juego permanente de sentirse desubicado tiene su gracia, el libro resulta interesante y tiene el enorme mérito de situarse más alá de todas las vanguardias y resultar siempre novedoso. Un autor único, de culto, del que Jorge Luis Borges se declaró seguidor incondicional.