Armani, Pavón y el déficit fiscal
(por Alejandro Borenztein)
Todos estos desastres futbolísticos ocurrieron bajo la misma dirigencia, de Grondona a Chiqui Tapia
Siempre se ha dicho que en cada argentino hay un director técnico de fútbol. Y también que todos los argentinos somos ministros de economía. Lo que pocas veces ocurre es que seamos ambas cosas al mismo tiempo, como viene sucediendo en los últimos días.
Evidentemente, como opinar es gratis, allá vamos todos.
La última iniciativa económica que circuló popularmente fue la de repartir los 50.000 millones de dólares del FMI entre los casi 50 millones de argentinos y así cada uno ligaba un millón de dólares.
Miles de potenciales ministros de economía se tragaron la ilusión óptica de que 50.000 millones dividido 50 millones te da un millón por argentino.
Matemática básica: 50.000.000.000 dividido 50.000.000 es una cuenta fácil. Tachás 7 ceros de cada lado (50.000.000.000 / 50.000.000) y te queda una simple división de 5.000 / 5 = 1.000. O sea, sólo 1.000 dólares por cabeza. Para quien no tenga ganas de hacer cuentas, puede agarrar la calculadora que viene en el celular y chau.
Genios que dicen saber como se financia el déficit fiscal pero en realidad ni siquiera aprobarían Matemática de primer grado.
Sin embargo, un gran amigo mío que no es ningún burro me llamó con la misma propuesta: “Che, ¿Por qué no reparten los 50.000 millones y nos quedamos con un millón cada uno?”. Es un tipo preparado, leído, muy buen productor de televisión. No voy a dar el nombre del personaje porque es conocido, es gomía y yo tengo códigos.
Pero mi amigo estaba convencido: “Es un palo verde para cada uno y no laburamos más”, insistía. No lo nombro porque soy fiel y lo banco.
Tal vez este razonamiento ridículo le surgió en un momento de confusión, durante el programa que tiene todas las mañanas en Telefe. Pero no. Más tarde me llamó y me lo volvió a decir seriamente. Ahí ya me preocupé.
El disparate es tan grande que, si yo no fuera un amigo leal, lo deschavaría para que entendamos nuestra locura. Pero la verdad es que Gerardo no se merece que yo le haga esto. Es un tipo serio, culto. Siempre hace programas impecables. No sería justo mandarlo al frente.
Ahora con una mano en el corazón ¿Cómo puede ser que un tipo como Rozín me diga semejante pelotudez? ¿Puede ser que haya tanta gente haciendo la misma cuenta?
Lo mismo pasa con el fútbol. Miles de taxistas, panaderos, homeópatas, vendedores de autos, torneros, escribanos, cantantes y demás argentinos que creen saber como se resuelve la economía, ahora también se la pasan diciendo que Sampaoli es un inútil porque contra Croacia armó una línea de tres y contra Islandia una de cuatro. Como si supieran.
“Yo le hubiera pegado fuerte y al medio” dice un inmobiliario que pretende explicarle a Messi como se ejecuta un penal.
Ahora dicen que los croatas nos humillaron porque Chiqui Tapia, Angelici y Moyano son una banda de impresentables. Está claro que a ninguno de los tres le resultaría fácil vender un auto usado. Pero esa no es la razón por la que empatamos contra Islandia o perdimos contra Croacia.
A estas y otras eminencias que manejan el fútbol argentino les debemos los clubes fundidos, las barrabravas, la ausencia de hinchadas visitantes, el vergonzoso comportamiento en cada estadio del mundo, el botellazo a Gonzalo Bonadeo, las costillas rotas del pobre turista croata o que ni siquiera se sepa como va a ser el próximo torneo que arranca en 40 días.
Pero con este mismo simposio de camisas Extra Large que dirigen el fútbol, en el Mundial anterior llegamos a la final. Porque lo que hay que entender es que, más allá de sus dirigentes, el fútbol es fútbol.
¡¡La derrota contra Croacia es la peor catástrofe desde el 6 a 1 contra Checoslovaquia en el Mundial de Suecia ‘58!!! gritan indignados.
En 1969, yo estaba en la cancha de Boca cuando Perú nos empató 2 a 2 y nos eliminó del Mundial de México ´70. ¡¡Catástrofe!!
En Alemania ´74, la Holanda de Cruyff nos hizo 4 goles, nos pegó un baile de novela y nos mandó a casa. ¡¡Catástrofe!!
En España ’82, siendo campeones del mundo con Menotti, perdimos de entrada contra Bélgica y pocos días después nos comimos 3 goles contra Brasil y 3 contra Italia. A casita. ¡¡Catástrofe!!
En Italia ´90 también estrenamos el título de campeones, esta vez con Bilardo, jugando el partido inaugural contra los africanos de Camerún. Y perdimos 1 a 0. ¡¡Catástrofe!!! Así y todo, después llegamos a la final.
En las eliminatorias del ´94 nos jugábamos la clasificación contra Colombia en el Monumental y perdimos… 5 a 0!!! ¡¡Catástrofe!!
En EEUU ’94 lo agarraron a Diego en el antidóping. Drama nacional. ¡Catástrofe!!
En Corea - Japon 2002 fuimos con el mejor plantel de la historia convencidos que traíamos la Copa, y en una semana nos eliminaron. No llegamos ni a desarmar las valijas. ¡¡¡Catástrofe!!!
Todos estos desastres ocurrieron bajo la dirección de la misma aristocracia dirigencial. De Grondona a Chiqui Tapia, pasando por… (completar a voluntad).
Pero también ganamos el Mundial del 78, el del 86 y llegamos a las finales del 90 y de 2014. Ganamos las Copas América con el Coco Basile, los 3 mundiales juveniles con Pekerman y las medallas de oro en Atenas y Beijing. Siempre manteniendo el mismo nivel de bestias peludas al frente de la AFA.
En otras palabras amigo lector, esto es fútbol. Años de cancha me han enseñado que sólo me cabe disfrutarlo o padecerlo. Nunca creer que sé algo. De fútbol sólo saben los que juegan adentro de la cancha y los que dirigen desde el banco.
Ellos saben cómo se siente el jugador, cómo se llevan, quiénes están peleados, quién está mejor para jugar, quién se anima, quién arruga, quién durmió mal, quién extraña, cómo son los contrarios, cual tiene problemas en la rodilla y a quién hay que correrlo por la derecha o anticiparlo por izquierda.
Exceptuando a Macaya y a algunos estudiosos más, el resto miramos de afuera y creemos que sabemos. Millones de directores técnicos y millones de ministros de economía.
Está claro que Sampaoli no es el técnico ideal. Que no se entiende como quiere que jueguen, que no está para ir a cenar a lo de Máxima Zorreguieta y que no le vendría mal una charlita con Gino Bogani. No es un orgullo nacional tener un DT que le gritó “¡cagón!” al jugador croata que pasaba por delante de él.
Pero esto es fútbol. ¿Y si el martes el equipo de Sampaoli clasifica? ¿Y si ganamos en octavos? ¿Y si llegamos a semi? ¿Y si Messi hace tres? ¿Y si Caballero te gana una definición por penales? ¿Qué vamos a decir? ¿De qué nos vamos a disfrazar?
La novedad es que ahora, además de ser DT y ministros de Economía, aprendimos a combinar todas estas disciplinas y sacar conclusiones mucho más sofisticadas.
Por ejemplo, en un diario kirchnerista amigo explicaban la contradicción de pedirle a los argentinos que ahorren energía mientras a los jugadores se les exige que la derrochen. Remataban el razonamiento resaltando que los Panamá Papers involucran tanto al conductor de la selección (Messi) como al del país (Macri). Como si Modric, el 10 Croacia, hubiera pensado en eso cuando le pegó como los dioses y la clavó junto al palo.
Mucho más original fue la explicación pública de Luis D’Elía y de Jorge Asís según la cual, detrás del mal rendimiento de Messi y la derrota de Argentina, estuvo Israel en represalia por el partido suspendido.
Todos sabemos que la inteligencia israelí es muy sofisticada. Pero nunca me hubiera imaginado que el Mossad tenia la tecnología necesaria como para lograr que Enzo Pérez, cuando íbamos 0 a 0 y con todo el arco libre, tirara la pelota afuera. A veces el antisemitismo y la estupidez se combinan de una manera desopilante.
Por eso amigo lector, este es el momento de mantener la calma, recuperar el equilibrio y dejar de ser el DT y el ministro de economía que todo argentino lleva adentro. Serenidad, educación y humildad por sobre todo.
Vos Sampaoli: ponelo a Armani en el arco, armá una buena línea de cuatro como Dios manda, pará en el medio un doble 5 con Mascherano, soltá un volante de creación para que Messi no tenga que bajar tanto a buscar la bocha y ponelo a Pavón de una buena vez, carajo.
Y vos Dujovne, bajame el déficit fiscal y buscate a un peluquero como la gente.
Déjense de joder.