Un imperio para Aníbal
En la primavera del año 228 a. C., el general cartaginés Amílcar Barca, una vez asegurado el control militar de Turdetania (Andalucía occidental), continuó su proyecto expansionista hacia el levante de la Península Ibérica. Pretendía crear un imperio territorial y comercial que devolviera a Cartago, el protagonismo político y militar que había perdido en la guerra frente a Roma. Su llegada a las costas de Contestania, con su joven hijo Aníbal, y la fundación en ella de la ciudad de Akra Leuké (Alicante), creará en este territorio y con la vecina ciudad de Helikê (Elche), una situación de difícil convivencia. El tradicional modo de vida de la población íbera, su independencia política, su cultura, su libertad y sus vidas, se verán seriamente amenazadas por la llegada del poderoso invasor.
Las exquisitas descripciones de lugares, personajes y momentos del relato, hacen familiar y cercano un mundo antiguo y desconocido, y partícipe al lector de una historia en la que la irracional y generosa emoción del amor compite, como razón de vida, con el cálculo ambicioso del poder y la riqueza. La guerra, ajena a la exaltación heróica de su leyenda, se manifiesta en su auténtica realidad, cruel y despiadada. Paisajes de la antigua Contestania y rincones de históricas ciudades, se llenarán de vida con el bullicio de sus mercados, la alegría de sus festejos, la solemnidad de sus ritos, el duelo de sus funerales, las vivencias cotidianas, o extraordinarias, de los personajes que, con sus intereses y pasiones, se recrean en esta historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario